Descubre la magia de los viajes sostenibles y conscientes
Pese a su proximidad geográfica, Marruecos sorprende por su gran diversidad, exotismo y riqueza cultural, a caballo entre el modo de vida occidental y las costumbres más arraigadas, de los pueblos árabes y beréberes.
Un país de grandes contrastes paisajísticos, desde la bulliciosa Marrakech, pasando por el fértil y pedregoso Alto Atlas, hasta el mar ocre del desierto, que nos obligará a agudizar los sentidos, una manera de tomar conciencia de los valores humanos y naturales que nos rodean.
MEJOR TEMPORADA PARA VIAJAR
El clima marroquí varia bastante dependiendo de la zona que se visite.
A lo largo de la costa el clima es típicamente mediterráneo, con un invierno suave y húmedo y un verano moderadamente caluroso. Las regiones interiores tienen mayores contrastes climáticos, siendo más calientes y secos.
En el sur del país, el tiempo es muy caluroso y seco a lo largo de la mayor parte del año, con las mañanas y las noches más frescas durante los meses de diciembre y enero.
Abandona la tierra firme y alza el vuelo para descubrir Marrakech desde el cielo a bordo de un globo aerostático y verás como se hace pura poesía.
Aventúrate en la ascensión del monte Toubkal. Estos escarpados relieves invitan a lanzarte a la aventura paseando por sus pendientes, cruzando puentes colgantes y descendiendo sus nevadas cumbres hasta alcanzar la cima de la montaña más alta y bella de Marruecos y el norte de África.
Emprende una travesía sahariana a lomos de un dromedario. A través de las espectaculares formaciones del mar ocre de dunas, nos acercamos a un terreno árido y hostil, que al a vez enamora y embruja. Una belleza salvaje que invita a una contemplación casi mística.
Déjate llevar a través de las laberínticas calles de los pueblos bereberes, para viajar en el tiempo y encontrar estampas que parecen muy lejanas del mundo al que estamos acostumbrados a vivir en nuestra sociedad occidental.