Santo Tomé y Príncipe se encuentran entre los secretos turísticos mejor guardados de África: dos preciosas islas volcánicas frente a la costa occidental del continente, repletas de maravillas ecológicas, una biodiversidad impresionante, una historia cautivadora y habitantes cálidos y acogedores.
Los ricos suelos volcánicos resultantes, el clima ecuatorial y los niveles de lluvias monzónicas preparan el escenario para la asombrosa diversidad de vida vegetal. Bosques verdes cubren la mayor parte de las islas. Como las dos islas siempre han estado separadas del continente africano, el endemismo es alto y muchas especies de plantas y vida silvestre no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.
A mediados del siglo XVIII, esta tierra tropical, que se compone de dos islas situadas en el ecuador, a 300 km de la costa africana, llegó a ser el mayor productor de cacao del mundo. Traída desde Brasil, en esta isla la planta de cacao encontró su hábitat perfecto y mucha mano de obra importada a bajo precio desde Cabo Verde y del cercano continente africano.
No está claro, incluso hoy, si el archipiélago era, antes de la llegada de los colonizadores, virgen o habitado por una población local de origen angolano. Cierto es que, a partir del siglo XV, la economía de la isla se basaba principalmente en la producción de caña de azúcar y en la trata de esclavos. Durante siglos la isla funcionó como un hub de clasificación de los deportados africanos que embarcaban en los barcos de las potencias europeas para ser vendidos en sus colonias americanas.
Sólo en el siglo XIX São Tomé y Príncipe se convirtió en una rica colonia, cuando los portugueses fundaron grandes fincas para cultivar café y cacao. Esto duró hasta 1869, cuando comenzó un lento declive, después de la abolición de la esclavitud, debido a la rebelión de los trabajadores y el boicot internacional contra el "cacao esclavo" de la colonia portuguesa.
El sistema de producción resistió hasta 1975, las últimas empresas cerraron sus puertas en 1990 y, desde ese momento, estas islas han caído en el olvido. Sin embargo, queda un sorprendente patrimonio arquitectónico, llamado “roças”, un término portugués que indica el complejo sistema latifundista de explotación de tierras que cambió la historia de este pequeño país durante siglos.
Los ciudadanos de la UE, EE.UU, Canadá y la CPLP (Comunidad de Países de Lengua Portuguesa) no necesitan visado si permanecen en el país un máximo de 15 días.
Todas las demás nacionalidades necesitan visado.
Los visados deben obtenerse antes de la llegada a Santo Tomé y Príncipe a través del portal de visados en línea: http://www.smf.st/evisa/index.php
Si se utiliza el servicio en línea, los documentos deben imprimirse y presentarse en la frontera.
Tenga en cuenta que se cobrará una tasa de 20 euros a la llegada al aeropuerto de Santo Tomé, que deberá abonarse en efectivo, a todas las personas que soliciten un visado, se haya realizado o no la solicitud en línea.
El tiempo en Santo Tomé es caluroso y húmedo, con temperaturas que oscilan entre los 20ºC y los 30ºC, según la hora del día y la estación, y puede haber momentos interrumpidos por la lluvia.
Hay dos estaciones secas al año y, aunque sus fechas pueden variar de un año a otro, lo habitual es que se produzcan entre junio y agosto y entre diciembre y febrero. Los meses de marzo y septiembre son de cambio de estación y los meses de lluvia son abril-mayo y octubre-noviembre.
Por favor no hacer caso a las previsiones meteorológicas en línea que suelen indicar lluvias todo el tiempo.
Fiebre amarilla: Si los viajeros han visitado o viajado a través de (incluyendo los vuelos de conexión) cualquier otro país africano durante los tres meses anteriores a la llegada a Santo Tomé y Príncipe, se debe presentar un «Certificado de Vacunación Internacional» válido para la Fiebre Amarilla en el aeropuerto de Santo Tomé.
Malaria: Santo Tomé y Príncipe son zonas de bajo riesgo de malaria. No obstante, se recomienda consultar al médico sobre la profilaxis del paludismo antes de viajar.
Es preciso aplicarse con frecuencia repelente de insectos y llevar ropa de manga larga al amanecer y al atardecer para evitar las picaduras de mosquitos.
Otras: No se requieren otras vacunas. No obstante, se recomienda consultar a un especialista en medicina tropical antes de partir. Para más información, consulte la web del Ministerio de Sanidad.
Se recomienda llevar ropa ligera y holgada de fibras naturales (algodón y lino) o tejidos sintéticos transpirables. Al final del día se puede utilizar una chaqueta o jersey de manga larga para combatir los mosquitos. También sugerimos un chubasquero o chaqueta para la lluvia ligera ya que puede llover en cualquier época del año.
Días de playa: Bañador y ropa de playa. Una buena crema solar, sombrero y gafas de sol.
Días en el bosque: Calzado cómodo para caminar (zapatillas o sandalias resistentes) que se pueda mojar. Ropa cómoda para hacer senderismo, incluidos pantalones largos y una mochila pequeña.
Los euros (€) son ampliamente aceptados, y se recomienda a los viajeros llevar dinero en efectivo, ya que no hay cajeros automáticos fácilmente disponibles. Existen muy pocos lugares en que se pueda pagar en tarjeta de crédito (VISA).
La Dobra es la moneda local y el tipo de cambio es 1€ /25 dobra
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